La papa ha sido el
principal alimento y el cultivo agrícola más característico del archipiélago de
Chiloé. Su consumo estimado alcanzaba en 2011 a 240 kilos al año por habitante,
dejando muy atrás los 67 kilos del promedio nacional.
Procedente del Perú
precolombino, la especie se difundió por América del Sur y llegó hasta Chiloé,
donde se diversificó de tal forma que terminó contribuyendo a hacer de la papa
chilena el origen de las variedades consumidas habitualmente hoy en las regiones
templadas del planeta.
Pero ese es un alcance económico-histórico.
Lo delicioso es lo que ha hecho y hace la gastronomía chilota con este
tubérculo, llamado científicamente Solanum
tuberosum y que no sólo es sabroso y fácil de preparar, sino también generoso
en nutrientes como proteínas, vitaminas B y C, hierro, potasio, fibra dietética
y antioxidantes. Y parco, además, en grasas.
Junto al popular
curanto, he aquí lo más conocido:
Cazuela chilota: caldo
con mariscos, papas, repollo y otras verduras, o bien, sopa con carne, papas,
arvejas y luche.
Milcao: papa cruda
rallada y exprimida amasada con papa cocida y molida, con o sin chicharrones.
Chapalele: papa cocida
y molida con harina, con o sin chicharrones.
Chopom (chopón, tropón o
chupún): bola de chuño de papa humedecida y luego cocida, acompañada con miel o
mermelada.
Eso, para empezar a
saborear…
Fuentes:
“El contexto cultural de la papa en Chiloé”, Roberto Bahamonde Andrade, Colecciones Digitales, Subdirección de
Investigación, DIBAM, 2017, www.museoancud.cl
“Gastronomía de Chiloé”, www.es.wikipedia.org
“Las papas, la nutrición y la alimentación”, www.fao.org
Foto:
“Papas coloridas de Chiloé (Chile)”,
Castro, Los Lagos, por Avodrocc, www.flickr.com, www.commons.wikimedia.org
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