Castro, la capital
de Chiloé, tiene palafitos en sus entradas norte y sur, sostenidos por madera
de luma. Su construcción comenzó a fines del siglo XIX, cuando llegaron
campesinos sureños buscando un lugar donde establecerse.
El peculiar enclave
y colorido de estas piezas arquitectónicas no sólo embellecen y animan el
paisaje, sino que reflejan el antiguo y tesonero esfuerzo por el asentamiento
humano a lo largo y ancho del planeta que nos acoge.
Foto: Palafitos en Castro, Alastair Rae, London, United Kingdom, commons.wikimedia.org
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